Ricki (Antonio Banderas) rapta a Marina (Victoria Abril) en su propia casa para “darle la oportunidad de que le conozca a fondo y se enamore de él”. Desde los tres años es huérfano y tras salir del psiquiátrico solo quiere conocer a una mujer, formar una familia y tener un trabajo. El orden natural de estos enunciados suele ser así, pero Ricki lo primero que hace es atar a la cama a la mujer que le gusta y obligarla a que le conozca, y cuando esto suceda, la desatará.
Podría parecer de locos, pero en realidad no lo es. Es imaginativa, original, pícara y enternecedora. Una de las películas que ha creado este director tan enigmático y a la que le ha dado un color, le ha dado forma de una determinada manera que hace que a ojos del público Antonio Banderas sea adorable. La historia acabará dando un giro, como todas las que tienen que ver con la “magia de Almodóvar” y les aseguro que permanecerán pegados al televisor sin ganas siquiera de pestañear.
La fotografía nos narra, más que el guión, un cúmulo de sensaciones y de experimentos que podemos crear con el pensamiento propio. Bien podría ser esta una película muda, en la que sin palabras veamos un tipo diferente de historia de amor. Tanto Antonio Banderas como Victoria Abril dan luz y voluminosidad al film, nos traspasan los sentimientos y el amor ciego que siente Ricki hacia Marina, nos embelesan y dejan si aire.
Sin duda, de las mejores escritas por el director estrella. No dejen de verla.
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