Rescatada del año de su estreno, 2004, porque es el amor sin límites por excelencia. Nick Cassavetes creó el film del año con Ryan Gosling (Noa) y Rachel McAdams (Allie) que viven un amor intenso en el precipicio de comienzos de la Segunda Guerra Mundial. Ambientada en esta época y contada por el protagonista muchos años después descubrimos a través de ese mágico diario de Noa una historia realmente buena. Chico pobre conoce a chica rica y comprometida por mandato de su padre con un hombre al que no ama; pero no hay nada imposible. El mensaje, está claro desde las primeras escenas: no hay nada que no puedas hacer.
La ambientación es maravillosa y se ve reflejada por la calidad de la fotografía y la escenografía. En los años 40, en la ciudad costera de Seabrook, Carolina del Norte, en la que Noa sabe que nada más ver a Allie es la mujer de su vida. Por culpa de la guerra sus caminos se bifurcan, pero el amor es el que vuelve a unirles años después. Se entremezcla el agrio dolor del Alzheimer y el dulce sabor de la pasión en esta película llena de sentimientos encontrados.
Guión sencillo, con ambientación genial y lleno de historias que reviven el duro comienzo de la guerra, que a tantas personas separó y que a muchas más nunca volvió a unir. El adjetivo que mejor describe el film es esencial para todo buen cinéfilo que se precie.
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