En los callejones controlados por la policía, de las afueras de Sevilla, es donde el Grupo 7 busca eliminar el tráfico de droga. Ángel (Mario Casas) es un joven aspirante a inspector de policía, inteligente y bondadoso; por el contrario, Rafael (Antonio de la Torre) es un policía arrogante y contundente; Miguel (José Manuel Poga) y Mateo (Joaquín Núñez) ambos policías también. Los cuatro forman el Grupo 7, el conjunto de policías que intentarán eliminar la droga de Sevilla, siempre con un objetivo claro, pero sin muchos escrúpulos.
La ambientación es perfecta, se muestra de forma total el ambiente de las calles de Sevilla situadas en zonas marginales donde la ley que impera es la del más fuerte. Los personajes pulidos y bien desarrollados, el guión impecable y una dirección de Alberto Rodríguez marcan el paso para obtener un resultado brillante; que junto con la banda sonora hace la mezcla perfecta.
El ritmo que lleva la película es el necesario para comprender que se cuece en los barrios que rastrean los miembros de este Grupo 7, que inician una cruzada en la que es imposible saber cómo se acaba. Los actores hacen uso de sus mejores armas y recursos para dejarnos la piel en carne viva, para conseguir que nos impliquemos con ellos. Sin duda sorprende Mario Casas con un registro diferente a todo lo que ha hecho hasta ahora, ha pasado de ser el “chico malo” a ser “el poli bueno”, con coraje y gran pasión por lo que hace. Sin poder dejar de mencionar al magnífico Antonio de la Torre, que vuelve a sorprendernos esa faceta suya de hacer de cualquier papel algo realmente fácil, es camaleónico: esa es su esencia.
Si quieren disfrutar de una película diferente, que no les deje indiferentes, llena de acción, persecuciones, y mucho valor: esta es su película. Es imposible que algo como esta obra se pudiera haber hecho mejor. Grande, muy grande. Y recomendable, por supuesto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario